Oficialmente, Santa Vall no es una carrera ciclista, sino una salida en bicicleta no competitiva. Extraoficialmente, Santa Vall es el Campeonato del Mundo de Girona.

Demos un paso atrás.

Santa Vall es una carrera de gravel de dos días en Girona. Se ha convertido en la apertura de la temporada para la escena gravel europea. Si eres fanático de las carreras de ruta, imagina el Tour Down Under combinado con esas concentraciones de pretemporada en Calpe.

Es el lugar donde nuevos equipos (y grupos) muestran sus nuevos maillots, equipamiento y ponen a prueba su estado de forma. Es donde vemos productos en fase de prototipo y obtenemos el primer vistazo a lo nuevo en el mundo del gravel.

Es una carrera que, como la mayoría de los eventos de gravel, ha crecido rápidamente en importancia en los últimos años.

El evento comienza y termina en Sant Gregori, un pequeño pueblo a pocos kilómetros de Girona. Si no vives bajo una roca, sabrás que Girona es el punto de referencia para los ciclistas profesionales. Las carreteras son de nivel mundial, el clima es perfecto y la comunidad está muy unida. Resulta que Girona es aún más adecuada para el gravel. Los senderos son numerosos y absolutamente increíbles para rodar.

En resumen, si vas a Girona, quizás valga la pena llevarte un par de neumáticos de gravel.

Volvamos a la carrera, aunque en realidad no es exactamente una carrera, pero la llamaremos así por comodidad.

En 2024, la competición comenzó con un prólogo en subida y salida en masa. Sí, leíste bien. Nunca había visto ni participado en nada parecido. Fue el nivel perfecto de caos, e incluso había un dinosaurio inflable al borde del camino. Admito que esa prueba se me daba bien, pero por pura diversión, me decepcionó no verla en el programa.

Pero me estoy desviando.

La verdadera historia del Santa Vall no es tanto la carrera, pero es justo hablar de ella. El gravel se ha convertido en una disciplina competitiva, cada vez hay más exprofesionales del World Tour y ciclistas de MTB en la línea de salida. Cinco segundos después del inicio de la primera etapa, ya estábamos esprintando a toda velocidad hacia un punto crítico. ¿Espíritu del gravel? ¿Qué espíritu del gravel? ¡Esto parece una carrera de ciclocross!

Codos afuera, mis habilidades sobre la bici están un poco oxidadas después del invierno, pero vuelven rápidamente. Afronto la subida en buena posición, me lanzo al sendero estrecho y luego, cinco minutos después… ¡BANG!, me voy al suelo en la bajada.

Es completamente culpa mía, una caída tonta. Me levanto, me sacudo el polvo y avanzo entre los grupos. Sonriendo a los amigos en el camino, reencontrándome con viejos compañeros de carrera, incluso deteniéndome a ayudar a quien necesita una reparación. Cruzo la meta un poco molesto, pero con una sonrisa.

El pasado fin de semana se lanzó Castelli Spirit of Gravel – SOG. SOG no es un equipo de gravel ni un colectivo. Oficialmente, es una "pandilla". En esencia, es un grupo de ciclistas que compiten de manera independiente, pero con el apoyo de Castelli, no solo para competir al máximo, sino también para divertirse un poco.

No queremos definir qué es el espíritu del gravel. ¿Quieres luchar por la victoria? Genial. ¿Quieres detenerte en cada punto de avituallamiento? Perfecto. Lo importante es que haya personas sobre la bicicleta y que lo estén disfrutando. No se trata solo del espíritu del gravel, sino del espíritu de montar en bici: hacerlo por el simple placer de hacerlo.

SOG está formado por ciclistas con historias diversas. Está David Trimble, el fundador y organizador de la Red Hook Crit Series, Nathan Haas, quien pasó diez años en el World Tour, y muchos otros más.

Otras marcas ven el gravel como una oportunidad para llevar a la mayor cantidad posible de personas al podio; no nos malinterpreten, nosotros también queremos ganar, pero para nosotros hay mucho más que eso.

La segunda etapa fue igual de caótica. La salida fue un poco más tranquila, pero aun así, el caos reinaba por completo. Los chicos de Castelli SOG estaban en una buena posición para luchar en la cabeza de la carrera, pero también para brindar apoyo en la parte final. Me abro camino en el grupo de cabeza, pero cuando la carrera se vuelve frenética, me quedo un poco atrás y tengo que perseguir nuevamente en la bajada.

Y entonces sucede: me caigo en la bajada. Sí, leíste bien, dos caídas en dos días. Me sacudí el polvo y volví a arrancar. "Lo intentaré de nuevo la próxima vez, Joe", me dije.

Delante de mí, los chicos de Castelli SOG seguían empujando. Gran rendimiento de Ben Perry y Danni Shrosbree, pero la verdadera diversión llegaría después de bajarnos de la bici.

Era domingo por la tarde, alrededor de las seis, y lo que parecía ser toda la escena del gravel se había volcado en la tienda Guava Bike. Organizamos una fiesta pop-up con la marca española de bicicletas para la que corren dos de nuestros atletas.

Prácticamente estaba todo el mundo. Desde quienes subieron al podio hasta quienes participaron en su primera carrera en Santa Vall, pasando por los voluntarios que apoyaron el evento. Fue una fiesta, una celebración de la comunidad.

Normalmente, cuando las carreras no salen como esperaba, paso la noche lamentándome; podrías decir que me siento solo. En cambio, aquella noche la pasé bebiendo una o dos cervezas con mucha gente de orígenes muy diversos. Al más puro estilo británico, me divertí riéndome de mí mismo por la caída y echándome unas buenas risas.

Lo que hace que SOG sea tan especial es que cada ciclista es libre de hacer lo que quiera. Quiero ganar las carreras más importantes del mundo, pero cuando las cosas no salen como deberían –y te digo, en el ciclismo las cosas a menudo no salen como deberían– siempre hay un "equipo" dispuesto a darte una palmada en la espalda.

Santa Vall es una gran salida ciclista no competitiva. Seamos honestos, en la parte delantera es una carrera. Atrás, es simplemente una gran experiencia. Y fuera de la bici, es realmente un momento increíble.

NOTAS
El artículo está escrito por Joe Laverick.
Joe es miembro de Castelli SOG.
Fotografías: Dan Hutchinson